miércoles, 26 de octubre de 2011

DECIR ADIÓS PARA SIEMPRE...




DECIR ADIÓS PARA SIEMPRE

Decir adiós
es como ver
la mano de Dios
separarse de la tuya,
como si las yemas de los dedos
se rozaran sin tocarse
pero que segundo a segundo
se ven cada vez
más lejos.

Decir adiós
es sentir que el alma se detiene
que algo se pierde
y una lágrima se asoma
en el balcón de los ojos
tan curiosa
que salta y se deja caer
por el vacío de nuestras mejillas
dejando un sendero reluciente
tan transparente
que los poros de la piel se cierran
como si no quisieran saber
de lo que ocurre fuera.

Decir adiós
es contemplar
entre brumas una sombra
que se difumina y se acorta
llegando un momento de total invisibilidad.
Es como una niebla llena de oscuridad
donde la luz no puede atravesar
y un frío glacial nos arropa.

Decir adiós para siempre
es firmar la sentencia de muerte
y enterrar una vida en la tumba.


COMUNERO

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