domingo, 2 de junio de 2013

NO VOLVERÁS






NO VOLVERÁS

Ya no quieres venir
aquí
junto a mí.
A calentarme la espalda
con tu cara
sin mentir.
A sentir que las miradas
son así
tan francas y tan claras
que sin decir ni una palabra
se pueden decir
mil.
¡Pues lo siento, porque son
como el sonido del tambor,
como el latir de un corazón
cuando estás cerquita de mí!

Y entre la bruma y las sombras
de este tejado descompuesto
te espero 
haciendo de los días
un pañuelo
convirtiendo en cenizas
los recuerdos
saboreándolos como un niño rechupetea un caramelo
sin separarse de mí.
Abrazándose a mi cuello
susurrándome TEQUIEROS
como esas voces en la niebla
de marínicas sirenas
que hipnotizan y que envuelven
y me empujan a las rocas
sin parar de sonreír.
Estás y no estás.
Mis ojos te pueden ver sin verte
mis oidos escucharte sin oírte
mi piel tocarte,
sentirte,
estremecerse...
Vives entre mis labios
entre mis manos
entre mis dedos.
Te acurrucas y te escondes
en las neuronas de mi cabeza
allá donde el pensamiento se refugia
allá haces tu, tu cueva.
Donde las noches traen perfumes de hierba fresca
donde las estrellas son rosas tempranas
y la luna una cantante de porcelana.
¿Y no quieres venir?
¿No quieres calarte de sueños?
¿No quieres notar los temblores
ni quieres soplarle al viento
y decirle cuánto tiempo
sin verle a usted por aquí?
No, no vas a venir.
No sé porqué digo esto
si por más que ahora lo pienso
no quedaba ya remedio
y tocaba decir
FIN.

COMUNERO

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